Blog de herramientas de IA > Elon Musks xAI Acquires X Unraveling the Strategic Move
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En Elon Musk reveló la sorprendente adquisición de su gigante de las redes sociales X, antes llamado Twitter, por su propia iniciativa de IA. xAI en un acuerdo basado en acciones, el escepticismo se extendió por la comunidad inversora. Sin embargo, si se examina más de cerca, el acuerdo encaja perfectamente con las ambiciones más amplias de Musk y da impulso a sus narrativas tecnológicas expansivas.
Para entender la lógica de esta adquisición, es fundamental comprender la relación existente entre X y xAI. Grok, el sofisticado chatbot de xAI, se integró en la infraestructura de X, consolidando un ecosistema digital entrelazado incluso antes de la fusión.
Desde el punto de vista financiero, X había tenido cada vez más problemas para mantener la rentabilidad bajo la propiedad de Musk. Su cuestionable situación financiera hizo que los inversores desconfiaran, y la fusión con la valorada xAI proporcionó la narrativa perfecta para que los partidarios de Musk enmarcaran su compra original de $44 mil millones como un movimiento deliberado en lugar de un gasto excesivo impulsivo.
Muchos expertos sostienen que invertir en el imperio de Musk no es una cuestión de rentabilidad financiera directa, sino una apuesta por la mística visionaria que promueve. Los críticos acusan a Musk de hacer promesas exageradas y de sacar partido de las creencias de los inversores más que de los resultados.
Yoni Rechtman, director de Slow Ventures, describió las empresas de Musk como indistinguibles entre sí debido a los equipos compartidos, las intrincadas redes de capital y las importantes transacciones internas. Empresas como Neuralink, SpaceX, Tesla y The Boring Company se entrecruzan con frecuencia, compartiendo experiencia y recursos, estableciendo así un entorno empresarial multidimensional al que los inversores se dirigen activamente.
Antiguos partidarios de Musk, como Ron Baron, de Baron Capital, sostienen que cada acción de Musk beneficia indirectamente a todas las empresas de su red. Baron, cuya empresa ha financiado múltiples proyectos de Musk, cree firmemente en el valor sinérgico creado por el amplio compromiso de Musk en todos los sectores.
Del mismo modo, grandes empresas como Sequoia Capital, Fidelity Investments, Andreessen Horowitz y el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí tienen importantes posiciones de inversión en los amplios holdings de Musk. Este enfoque de inversión interempresarial aprovecha la continuidad y la interacción dentro del entramado empresarial de Musk.
Sin embargo, los forasteros se quedaron atónitos ante las altísimas valoraciones asignadas a ambas empresas. Tras la adquisición, X pasó a tener una valoración de 1.434.000 millones de euros, una cifra muy superior a la percibida poco antes, mientras que xAI se valoró en unos 1.434.000 millones de euros a pesar de tener unos ingresos mínimos.
Sin embargo, el atractivo de Musk depende en gran medida de que los inversores confíen más en el potencial que en los resultados inmediatos. Gene Munster, socio gestor de Deepwater Asset Management e inversor proactivo de Musk, explicó que estas valoraciones reflejan una profunda fe en la visión a largo plazo de Musk, del mismo modo que la altísima valoración de Tesla se basa en las esperanzas sobre las tecnologías autónomas transformadoras más que en los beneficios actuales de la automoción.
Munster señaló que Tesla, que cotiza a un múltiplo astronómicamente más alto en comparación con los fabricantes de automóviles tradicionales, sigue siendo impulsada por las expectativas de avances revolucionarios, incluyendo la robótica humanoide y la tecnología de conducción autónoma integral. Según Munster, los inversores aceptan de buen grado el futuro descrito por Musk a pesar de la volatilidad financiera a corto plazo, cimentando así el influyente control de Musk sobre la psicología de los inversores.
Sin embargo, la fuerza consolidada que Musk intenta crear mediante fusiones también introduce factores de riesgo sustanciales. El profesor Dan Wang, de la Columbia Business School, destacó la inminente demanda de la Securities and Exchange Commission (SEC) contra X por las acusaciones de que Musk engañó a los inversores ocultando el momento de sus adquisiciones originales de participaciones en Twitter.
Wang también identificó retos más amplios, como la privacidad de los datos, los problemas de cumplimiento normativo y la equidad competitiva. Recientemente, X se enfrentó al escrutinio de las autoridades, en particular del Comisario de Protección de Datos de Irlanda, por inscribir automáticamente a los usuarios en la recopilación de datos para modelos de entrenamiento de IA, lo que podría infringir la estricta legislación europea sobre GDPR.
Además, los marcos legislativos específicos de la IA siguen siendo imprecisos en todo el mundo, lo que arroja incertidumbre sobre las empresas profundamente implicadas en el desarrollo y despliegue de herramientas sofisticadas de IA como las de xAI. La ausencia de una legislación clara podría dar lugar a limitaciones o consecuencias normativas inesperadas en el futuro, perjudicando la confianza de los inversores.
Hay otro factor de riesgo intrínseco, según Rechtman. La inclinación de Musk a cambiar bruscamente de enfoque hacia nuevas pasiones -como sus recientes intereses políticos- podría dejar de lado sin querer sus otros proyectos empresariales, provocando la ansiedad de los inversores respecto a su compromiso sostenido.
Sin embargo, inversores como Munster consideran que estos problemas son manejables en comparación con las grandes recompensas que pueden obtenerse gracias a los avances pioneros de la IA. Su postura refleja en líneas generales la visión optimista de que la ambiciosa visión de Musk compensa con creces las turbulencias temporales de los problemas normativos o los cambios de prioridades.
En última instancia, Rechtman reconoció que los seguidores de Musk no son meros fans ingenuos, sino inversores sofisticados conscientes del enfoque característico de Musk: narrar persistentemente visiones audaces que remodelan las expectativas del público y la dinámica del mercado. Sugirió con humor que seguir de cerca a Musk puede recompensar a los inversores con oportunidades exclusivas, como el acceso a las inversiones de SpaceX, normalmente inaccesibles debido a su carácter privado.
Para quienes están profundamente imbricados en el "Muskverso", apostar por adquisiciones aparentemente arriesgadas o cuestionables puede, de hecho, abrir las puertas a futuras inversiones sin parangón, solidificando su compromiso inquebrantable con los ambiciosos sueños de Musk sin importar las controversias o las incertidumbres del mercado.
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